sobre la navidad…

sobre la navidad

parece que esta semana el mundo vuelve a funcionar con normalidad. después de unos días de descanso, de familia, de celebraciones y de mucha comida, volvemos a coger el ritmo, las rutinas; algunos con unos kilos de más, o con un puñado de buenos propósitos por cumplir. sea como sea, espero que hayas disfrutado de esta pequeña pausa y que empieces el año con ilusión y energía para acercarte un poco más a tus sueños y objetivos.

para mí ha sido una Navidad un tanto rara. me he vuelto a dar cuenta de la desconexión que suele haber entre lo que a mi cabeza le gustaría y la realidad aunque por suerte (y porque ya son muchas las veces de tropezar con lo mismo) cada vez me doy cuenta antes y soy capaz de deshacerme de las expectativas y disfrutar de lo que hay. 

en mi cabeza esta Navidad tenía que ser LA Navidad; los dos últimos años, y muy especialmente el último, no pude vivirla nada pues me encontraba bastante enferma. para este año tenía pensado hacer todo lo navideño que se me ocurriera: mandar postales, comprar regalos con antelación, envolverlos como a mí me gusta, comprar el árbol y decorarlo con rícard, ir a comer chocolate con churros en la calle Petritxol, pasear por las calles de Madrid y Barcelona para ver las luces, visitar el pesebre de la plaza Sant Jaume de Barcelona, visitar las ferias de Sta. Llúcia y Gran Via (en Barcelona) y la de la Plaza Mayor (en Madrid)… recuperar el tiempo perdido. a medida que se acercaban las fechas veía con cierta angustia que mi instinto navideño no aparecía por ninguna parte: fuimos a la Plaza Mayor a comprar un árbol pero no nos apeteció y volvimos a casa con las manos vacías; no tenía la cabeza para pensar ni comprar regalos para nadie; no tenía ganas de mandar postales navideñas…

cuando llegué a Barcelona el 22 por la tarde me di cuenta de que, en realidad, tenía miedo. sé que suena disparatado, a mí misma me ha costado entenderlo, pero tenía miedo de volver a encontrarme mal, de volver a caer enferma; en mi cabeza la Navidad iba asociada a sentirme mal y tener dolor así que, por alguna lógica del subconsciente, parecía que si no había Navidad, no había sufrimiento. cuando fui consciente de ello me dio hasta vergüenza decirlo en casa porque racionalmente era tan absurdo! me sentía ridícula… me encontraba bien, médicamente estoy mucho más controlada y estabilizada… pero el miedo es irracional, cierto?

en aquel momento decidí dejar de machacarme por tener miedo, por no estar celebrando la Navidad como se suponía que tenía que celebrarla, por no tener regalos para nadie… acepté que estaba así y empecé a mirar qué me apetecía, qué podía hacer para sentirme mejor. es curioso cómo en el momento en que dejas de pelear contra algo, ese algo se disuelve. aceptar lo que hay, esa aceptación es la que te va a permitir disfrutar de lo que tienes y la que te va a permitir seguir avanzando y creciendo (me lo repito y lo escribo como si fuera un mantra porque tiendo a olvidarlo y cuando lo recuerdo y lo aplico me doy cuenta de que en realidad siempre es más fácil de lo que yo me lo hago).

decidí liberar un poco mi agenda, que había llenado para ver a tanta gente como pudiera, y dejé espacios libres para estar en casa tranquila, hacer planes espontáneos y salir a pasear. solucionamos el tema de los regalos de la mejor manera que se me ocurre en esta casa, regalándonos viajes y experiencias: un salto en paracaídas para mi hermano, unos billetes para Amsterdam para rícard y para mí. dejamos el árbol precioso que había comprado mi madre sin decorar, solo con las luces. corrimos una carrera de 10km, mi hermano, rícard y yo, para cerrar el año, y entrar juntos cogidos de las manos mientras mi madre nos esperaba en la línea de meta fue una experiencia preciosa y muy emocionante para mí; era una carrera que se me resistía desde hace 2 años, justamente por estar enferma. y disfruté, disfruté de cada reencuentro, de cada comida, de cada reunión familiar, de cada café, de cada paseo, de cada charla. y de eso trata en el fondo, para mí, la Navidad. qué tal la tuya?


feliz vuelta 🙂 


4 Comments

  • Como tantas otras veces, Anna, ¡cómo comparto tus reflexiones!, sobre todo esa en la que dices: "el momento en que dejas de pelear contra algo, ese algo se disuelve". Lo tengo clarísimo, pero a veces como cuesta...
    Me gusta mucho saber que has disfrutado de la Navidad, que la has hecho tuya y a tu manera y, así, has logrado "exorcizarte". ¡Feliz año nuevo!
  • Anna...pues si ya paso, y ves al final todo es como tiene que ser, el árbol se puso, llegaron los regalos (estupendos) estuviste en tu ciudad con tus seres queridos, lograste llegar a la meta y disfrutaste y disfrutaste como dices de cada uno de los momentos que citas y del cual se que uno de ellos fue el que compartimos (fue mutuo ), Anna, disfruta, te lo dijo de corazón, por cierto el reportaje genial ( estarías como un flan...pero se te ve super natural), un besito.
  • a veces cuesta mucho, sí; por lo menos, a mí, muchísimo. pero tenerlo claro y recordarlo cada vez ya es importante…
    y muchas gracias, realmente para mí ha sido una Navidad muy bonita y cálida aunque menos convencional. espero que tú también hayas disfrutado de la tuya. un beso y feliz año nuevo para ti también! ***
  • tal cual, al final lo que era realmente importante se hizo y lo disfruté muchísimo. me alegro de que el disfrute con la charla fuera mutuo; a ver si la próxima vez es en Zaragoza :) un beso bien fuerte, Elena, cuídate mucho ***
    (sí que estaba como un flan, sí! :))

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