Señor, dame
serenidad
para aceptar las cosas que son inevitables,
valor
para cambiar las que pueden cambiarse,
y sabiduría
para reconocer la diferencia.
(p. 80, Gracia y Coraje, 1991)
este es un pequeño extracto del libro Gracia y Coraje, de Ken Wilber, uno de los muchos que subrayé y anoté a parte porque me parece de una sabiduría increíble.
Gracia y Coraje es el testimonio de Treya, una mujer con cáncer. el libro es una mezcla de su voz, a través de fragmentos de los diarios que escribió mientras estuvo enferma y de cartas a sus amigos, y de la voz de su marido, Ken Wilber, quién decidió unirlos y darles forma, aportando también su vivencia como acompañante durante el proceso de enfermedad, como persona de apoyo.
no voy a explicar detalladamente de qué trata porque no soy capaz de hacerlo, creo que cada persona extrae aprendizajes diferentes en función del momento en que se encuentre. el libro explica y detalla perfectamente las luchas que uno vive cuando está enfermo (en su caso es el cáncer, pero aplica a cualquier enfermedad): las dudas, los miedos, las culpas, los autoreproches, los altibajos emocionales, el difícil papel de la persona de apoyo… pero, más allá de eso, Gracia y Coraje trata de la plena aceptación, de vivir el presente, de la belleza de la vida, del valor de las personas, de la importancia de las relaciones, de tomar las riendas de tu vida, del camino tan rico y poderoso que es el autoconocimiento… para mí ha sido una lección de vida en muchos sentidos y Treya, una gran inspiración; es un libro al que volver en varias ocasiones, para captar las sutilezas y matices de sus diferentes enseñanzas.
he estado dudando sobre si compartirlo aquí, o no, porque es un libro bastante diferente a lo que he recomendado anteriormente pero me ha tocado tanto que tenía que estar aquí, no hubiera sido coherente conmigo no compartirlo.
si decides leerlo (o lo has leído ya), me encantará saber qué opinas, qué te ha parecido, si te ha removido a ti también y de qué manera.
dejo algún otro fragmento de los que he subrayado:
…para ser útil no tengo que dar ideas o consejos concretos. Basta con escuchar. Escuchar es dar. Intento permanecer emocionalmente accesible y mantener el contacto humano […] Intento evitar la tentación de decir a los demás lo que deben hacer. (p. 295)
Las rosas que hay debajo de mi ventana no hacen referencia a rosas anteriores o a otras mejores; son lo que son, existen hoy con Dios. Para ellas no hay tiempo. Sólo está la rosa, una rosa perfecta en cada momento de su existencia. Pero el hombre posterga o recuerda; no vive en el presente, sino que, volviendo la vista atrás, añora el pasado o, haciendo caso omiso de las maravillas que le rodean, se pone de puntillas para tratar de adivinar el futuro. El ser humano no podrá ser feliz y fuerte hasta que viva con la naturaleza en el presente, por encima del tiempo. (p. 366)
Cuando un ser querido se enfrenta con malas noticias, la primera respuesta que suele surgir es la de tratar que se sienta mejor. Pero, en mi opinión, esa es una respuesta equivocada. Estoy empezando a darme cuenta de que el primer paso consiste en conectar con la persona, estar sencillamente junto a ella -sin asustarnos de su miedo, de su dolor o de su ira-, dejar que aflore lo que aflore y, sobre todo, no intentar librarnos de los sentimientos dolorosos tratando de ayudar a a persona, intentando que «se sienta mejor». (p. 420)
El hecho de haberme visto tan zarandeada por noticias me ha enseñado a dejarme llevar por la corriente, a no resistirme, a permitir que las cosas sean tal como son, a observar simplemente el origen y el desarrollo de los acontecimientos con cierta serenidad y desapego sin intentar forzarlos, sin desear que fueran de otra forma o a manipular su resultado. (p. 433)
buen fin de semana
pd. otras recomendaciones: Algo que celebrar & Cosas que los nietos deberían saber
{fotografía de Tina Sosna}
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