los síntomas empezaron en diciembre, quizás un poco antes incluso, pero pensaba (deseaba seguramente es la palabra apropiada) que, cuando descansara un poco, me recuperaría. no ha sido así. esta enfermedad me confronta una y otra vez con uno de mis mayores retos: con mi necesidad de control, con la necesidad de que las cosas sean a mi manera, que sigan mi guión, y cada vez me doy de bruces con la misma realidad. desde que empecé con ella en 2013 nunca he llevado bien el tomar medicación a diario, el hacer tratamientos agresivos para el cuerpo… internamente me produce mucho rechazo. en algunos momentos la medicación ha sido vital para mí pero la medicina y yo partimos de planteamientos muy diferentes y todavía sigo tomándola a regañadientes, a la espera de poder demostrar algún día que mi planteamiento es el acertado, y sabiendo que este pulso abierto que mantengo con ella solo me perjudica a mí y que haría mejor en invertir estas energías en aceptar la realidad, sin que eso signifique dejar de intentar sanar.
no todo es malo, ni mucho menos. como el cuerpo grita, me atiendo más. creo espacios para mí, para sentarme en una cafetería bonita y agradable a tomarme un té cuando salgo de un médico o cuando tengo que hacer algún recado; para acercarme a una librería a hojear libros; para tomar ese café pendiente desde hace tiempo con alguien. las velas, el incienso y la musiquita suave de fondo me acompañan todo el día. por las tardes suelo trabajar desde el sofá, con la manta por encima. bajo la exigencia autoimpuesta y entiendo que, lo que no pueda hacer hoy, lo haré mañana, o al día siguiente, o al otro, que las urgencias en el trabajo raras veces existen. incluso hay ratos en los que siento que nada de esto es importante. como si una parte de mí pudiera ver la imagen grande, en perspectiva, y entendiera que esta es una parte muy pequeña de mi vida; que esto no deja de ser un proceso de aprendizaje y de crecimiento que también pasará y que de todo esto, de este proceso de años, surgiré reforzada, con más fuerza y conocimiento internos, ya es así. hay ratos en los que pienso que, en el fondo, es un proceso bonito.
y en estos días de silencio y de revisión, veo matices que en su día se me habían escapado. como cuando he visto las fotos que, con tanta generosidad y cariño, hizo Irene el día de la fiesta de presentación de Historias de Madrid en Barcelona. me fijo en las personas que vinieron a celebrar conmigo: en los desplazamientos largos que hicieron algunas de ellas para estar allí, en los planes a los que renunciaron por venir, en que vinieran con niños pequeños, en que se pasaran 5minutos para darme un abrazo o en que se quedaran toda la tarde, en que decidieran venir solas y en que vinieran acompañadas.
me fijo en lo bonito que estaba el espacio: en el trabajo que hizo Noemí por, con sus plantas y velas, crear una atmósfera acogedora y de bienvenida, en apariencia fácil y effortless cuando en realidad estaba todo pensado al detalle. me fijo en el trabajo de Alina, en lo bonita que quedó la presentación de la comida y la bebida en la mesa; en lo riquísimo que estaba todo; en que preparara recetas saludables, hechas con productos ecológicos y de temporada; en que hubiera pensado en todos y todo el mundo pudiera comer algo, a pesar de alergias e intolerancias. me fijo en el trabajo que hicieron ambas por darme toda la tranquilidad y seguridad del mundo, por hacerse cargo de todo el montaje y preparación un día en el que yo no me encontraba bien y en el que llegué más nerviosa de la cuenta.
gracias a todas las personas que vinieron ese día a celebrar conmigo, y un gracias especial a Irene, Alina y Noemí por su trabajo y su persona.
pd. el espacio de alblanc está disponible para eventos, sesiones de fotos, presentaciones de producto… y Alina (Green Mama) es una todoterreno preparando cáterings bonitos, ricos y saludables 🙂
{todas las fotografías de este post son de Irene Ruiz}
Besos
Me teletransportaria a esa fiesta ya mismo.
Besis
Yo también tengo un problema de salud crónico, aunque creo que diferente al tuyo, que también va por temporadas y que también ha vuelto en diciembre.
Nunca he conseguido poner en palabras cómo me siento con respecto a esto y leerte a ti es como leerme a mí.
Gracias por abrirte con este tema y hacerme sentir un poco acompañada.
Un abrazo.