Welcome to reality i… Miami!

Sí, ya estamos de vuelta! La idea no me tiene especialmente entusiasmada, todo hay que decirlo, se estaba muy bien de vacaciones, pero ahora ya hace una semanita larga que he vuelto a la normalidad y poco a poco volvemos a coger el ritmo (qué rápido pierde uno la costumbre de levantarse temprano, ir a trabajar, preparar la comida, poner lavadoras… no??). Esto sí, una parte de la “normalidad” que sí me gusta es actualizar el blog, y ya iba siendo hora!

Me apetece contaros las vacaciones, así que eso haré durante los próximos posts. Os diré las ciudades donde hemos estado y lo que me ha gustado de cada lugar, por si alguna vez vais y os apetece visitarlo. Pero vaya por delante que no pretendo, ni mucho menos, servir de guía: lo que le gusta a cada uno es muy personal y veréis, además, que a algunos de los lugares solamente hemos podido echarles un vistazo rápido…

Vamos? Pues vamos. El primer destino de este año ha sido Miami, en EUA. De hecho, nuestro objetivo era Boston pero aprovechando que no hay vuelo directo desde Barcelona y que nuestra escala era en Miami, nos quedamos un par de días.

Miami es la ciudad de la opulencia, el reggaeton y el eterno verano. Con un elevadísimo número de puertorriqueños y cubanos (tiene lógica teniendo en cuenta su proximidad con el Caribe), la ciudad está llena de grandes avenidas con palmeras, rascacielos altísimos, casas espectaculares, playas ultra largas, cuerpos esculturales paseándose en bañador… todo es a lo grande. Reconozco que no acaba de ser mi estilo pero tiene su gracia verlo, todo hay que decirlo.

Llegamos el 22 de agosto a media tarde y el 25 estábamos de nuevo en el aeropuerto, así que ya podéis imaginaros que la visita no dio para mucho pero fue el tiempo justo para conocer un poquito por encima toda la ciudad.

Las mañanas las aprovechamos para coger un poquito de color en las playas de la zona de Miami Beach. La más conocida es la de South Beach, donde la gente va a ver y a ser vista. Esto sí lo tiene, verano prácticamente todo el año, qué suerte…!!

Y las tardes, pues para pasear por Little Havana, un barrio 100% cubano, con sus cafeterías, sus tiendas de puros y su gente charlando tranquilamente sentada en la calle, en las puertas de las casas; paseamos por Ocean Drive, el paseo marítimo más conocido en South Beach, donde se luce el cuerpo yendo en patines, haciendo footing o paseando mientras se oye de fondo el reggaeton que sale de bares y restaurantes; fuimos al American Airlines Arena, estadio de los Miami Heat (es lo que tiene viajar con dos fanáticos del básquet); y cenamos en Bayside Marketplace, un centro comercial al aire libre, muy conocido, junto al mar, donde hacen conciertos por la tarde y es muy agradable tomar el fresco, relajarse y observar.

Y enseguida fue 25 por la mañana y nos dirigimos al aeropuerto para volar rumbo a Boston, pero eso ya será en otro post…