Esta semana ha sido un poco rara. Sin quererlo, me he tomado unas mini vacaciones del blog. Ha sido como si muchas cosas estuvieran pasando dentro de mí o alrededor mío y la sensación ha sido de no poder poner palabras a nada. Como si de repente me hubiera quedado sin nada que decir, incapaz de procesar no sé bien el qué. Ha sido curioso también, porque, aparentemente, todo ha seguido igual, no ha habido cambios, pero yo he sentido que todo se tambaleaba a mi alrededor (seguramente soy yo la que se tambalea, pero siempre es más fácil tirar pelotas fuera, no? ;))
Ha sido interesante porque de algún modo he vuelto a esos ratos de silencio, de escucharte más y hablar menos; a esos momentos también taaan necesarios de no hacer nada por el gusto de no hacer nada (créeme, para una superhiperactiva como yo, no es tarea nada fácil); a esas preguntas tan profundas que da miedo hacerte pero que son importantes que te hagas como ¿estoy contenta con mi vida?, ¿me gusta mi día a día?, ¿es hacia aquí dónde quiero ir? y, si no es hacia aquí, ¿hacia dónde pues?, porque, si no te planteas estas cosas, ¿cuál es el sentido entonces de nuestro paso por este mundo? Es importante ser conscientes de las cosas y de saber por qué hacemos lo que hacemos, no? Buff, qué profunda!! 😛
Bueno, como ves, ha sido una semana de ir hacia dentro y remover un poco, que (pienso) es necesario de vez en cuando. Y ahora nada, espero encarar el fin de semana un poco más entera y más presente que a la vista hay planes muy suculentos! Empezando por esta tarde mismo, cuando iré con una amiga al mercado de vestidos vintage SusiSweetDress (no he ido nunca pero me apetece mucho después de todo lo que he leído y oído hablar de él) y después a la presentación de un libro de un amigo al que le tengo muchísimo aprecio, con lo que me hace una ilusión tremenda poder compartir con él este momento.
Y el resto del fin de semana tengo en perspectiva una cena el sábado con una persona a la que estoy deseando ver porque es increíble, porque sabe muchísimo de la vida porque ha vivido de todo y a la que me podría pasar horas y horas escuchando; y vive en Madrid pero este fin de semana está aquí haciendo una formación así que tendré la gran suerte de poder estar un rato con ella. Y el domingo, si el tiempo lo permite (esperemos que sí!), el mar, unos amigos y una paella. Qué más se puede pedir? Pues eso, a disfrutarlo! 🙂
Espero que tu también tengas un magnífico fin de semana!
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