…ver cómo se gira al gritar yo su nombre en el aeropuerto y abrazarlo mucho rato después de un año y medio sin hacerlo; el abrazo tan fuerte que me da Celia al abrir la puerta del ascensor; que mi tía Nati se ponga a llorar de la emoción y empezar a llorar yo también; verlos como siempre, de pie en la cocina, charlando todos a la vez con una cervecita en la mano y picando mientras se prepara la comida; sentirme arropada por ellos sin tener que dar explicaciones; ver cómo los rayos de luz reproducen formas en el suelo y en las paredes de esa casa antigua tan llena de encanto; el sonido del silencio; encontrarse una notita muy especial en el espejo del cuarto de baño que te arranca una sonrisa enorme nada más levantarte; charlar con él en el sofá con una taza de chocolate caliente en las manos delante de la chimenea encendida; el crujir de la leña; el olor a tostadas por la mañana; tomarse una copa de vino por la noche, cuando las niñas ya están acostadas, con el calorcito que desprende la chimenea; ver cómo se le ilumina la cara a Celia al verme cuando la recojo en el colegio a la hora de comer; ver Spiderman con Laura mientras me cuenta lo que pasará en la siguiente escena; merendar crêpes con nocilla y helado de vainilla; la cabeza de Luna apoyada en mis piernas mientras miramos la tele y sus ocasionales lametones; hacer los deberes con ellas; ver cómo se ríen a carcajada limpia por cualquier cosa que haya dicho su padre; peinar a Laura y secarle el pelo cuando sale de la ducha; ver lo guapa que se pone Celia porque vamos a cenar fuera; probar por primera vez unas torrijas; ver el grado de ensimismamiento de Laura mientras mira un documental de leones, caballos o cualquier cosa que tenga que ver con animales; la carita seria y de concentración de Celia mientras calcula sumas, restas y multiplicaciones; salir a leer al jardín con el sol acariciando todo tu cuerpo; comer el mejor puchero que has probado en tu vida; la emoción de Celia fingiendo que estamos en un restaurante a la hora de cenar y que ella es la camarera; encontrarme su carta sorpresa dentro del portátil; sentir que, a pesar de la distancia y de vernos tan poco, el cariño y el amor mutuo permanecen intactos; verlo interactuar con ellas, sin perder la paciencia y siempre dispuesto a hacerlas reír; escuchar la ternura con la que les habla y trata; poder hablar con él con total honestidad sobre vulnerabilidades y flaquezas; disfrutar de ellos una semana entera.
feliz semana ***
pd. este post corresponde a la serie la felicidad es… que escribo mensualmente. puedes ver otros de la misma haciendo clic aquí, aquí y aquí o escribiendo en el buscador del blog «la felicidad es» y aparecerán todos
Un abrazo,
He pasado por tu blog porque somos compis de curso ;)
Te dejo mi blog por si te apetece echarle un vistazo. Moda y lifestyle! Gané el pasado año el Premio Nacional del canal Divinity y la plataforma Wloggers, al blog más original ;)
Besazos!!
www.preparadaslistasya.com
Por un instante, me he visto a tu lado, viviendo cada momento.
Estoy segura de que has vuelto con las pilas a tope de energía (y con la barriguita llena de cosas ricas).
Qué bonito cuentas las cosas, no me cansaré de decirlo.
Un beso enormísimo.
un beso enorme para ti también bonita
Ya veo que has desconectado, conectado y comido! ;)
Un petonet
Sí, estos días me han sentado muy, muy bien! Un petonet fort!! ***