con el cierre de 2016 a poco más de una semana, me ha apetecido pararme a pensar y hacer balance. no es algo que haga cada año, ha habido algunos, en especial los últimos, que conscientemente he decidido no hacerlo por sentirme demasiado tocada y pensar que, si miraba lo vivido en los últimos 12 meses, me sentiría demasiado triste, impotente o decepcionada. esta es una opinión muy personal, claro, pero creo que a veces con funcionar ya es suficiente: levantarse y seguir ahí, no hace falta pedirnos más.
pero esta vez, quizás porque siento que han pasado muchas cosas y porque el final del año me encuentra en un momento relativamente tranquilo, sí me ha apetecido hacerlo.
2016 ha sido un año muy intenso, mucho, y de muchos contrastes, de pasar de sentirme en lo más alto de la cima de la felicidad, a sentirme tan hundida y desesperada que no le encontraba sentido a nada. empecé el año con un ingreso y muy enferma, viviendo 13 días en un hospital y tomando decisiones difíciles para mí aunque, incluso aquellos días que recuerdo todavía con congojo, tuvieron también su parte bonita, su punto de luz. a eso le siguió una época de reposo en casa de mi madre mientras rícard ya vivía en Madrid, aprendiendo a aceptar mi ritmo y mi situación y a sanar heridas físicas y, sobre todo, emocionales. vino la ilusión de formar parte de Blogs & Cava y la alegría del primer evento. después tocó la mudanza a Madrid, con un proceso de búsqueda de piso desesperante y agotador, y la posterior adaptación, que sigo haciendo a día de hoy. la experiencia de vivir en Madrid en sí misma está llena de opuestos: la emoción de descubrir una nueva ciudad y sus posibilidades junto con la añoranza de tu entorno conocido y el sentimiento de soledad; la oportunidad de «empezar de cero» y la sensación de aventura, acompañada de tener que acostumbrarte a todo lo nuevo: a familiarizarte con las calles, a encontrar nuevos comercios, a crear nuevas rutinas… a echar raíces.
en 2016 llegó también la decisión de casarnos este año y los preparativos de la boda; cumplir 30; vivir la fiesta más bonita y emocionante que he vivido nunca (este sin duda ha sido el mejor acontecimiento del año); sentirme frustrada y vacía a nivel profesional y empezar nuevos proyectos y colaboraciones que me ilusionan; echar de menos a los míos y sentir que debería estar allí para ellos y conocer gente nueva que merece mucho la pena y que me hace sentir bien… y entremedio de todo esto, sentirme sola y acompañada; sentirme desanimada y sin ganas de nada y leer mensajes en este blog y en las redes llenos de cariño que me llenan de alegría y de motivación para continuar; sentirme muy perdida y sentir que me voy encontrando; sentir una punzada de tristeza y dolor que pensaba que ya estaba superada en medio de la alegría más absoluta; recibir unas muestras de amor y de cariño que me hacen sentir muy afortunada mientras vivo experiencias dolorosas…; y mientras recuerdo todo esto, en lo que he vivido este año y en mi vida en general, me reafirmo en mi convencimiento de que la vida es este equilibrio, esta increíble mezcla entre momentos exquisitos y deliciosos, con otros más duros y difíciles de llevar. y me da cierta tranquilidad pensarlo porque, aunque significa que seguirán viniendo ratos complicados, también seguirá existiendo la belleza y la magia. y quizás se trata de poder dar un paso atrás para verlo con más perspectiva y, con un poco de suerte (y mucho trabajo y esfuerzo personal), no dejarnos absorber por las dificultades y aceptar este equilibrio.
mis mejores deseos para ti y tus personas queridas en 2017. os deseo mucha salud y muchos, muchos momentos de alegría y de ilusión!
ayer llegué a Barcelona y estaré aquí hasta pasado el año nuevo, disfrutando de mi familia, de la familia de rícard y de nuestros amigos, así que me despido por unos días; nos leemos a la vuelta 🙂
un abrazo y gracias por leer, comentar y estar aquí
Gracias por tener esta ventanita a través de la que nos hablas. Te deseo d corazón que disfrutes de Barcelona y tu familia. Ojalá q el 2017 sea un buen año y q hagas de Madrid algo más tuyo y no lo sientas como un extraño. Todos los que venimos de fuera, nos sentimos perdidos en Madrid... pero al final, encontramos nuestro sitio en él.
Felices Fiestas!
gracias a ti por asomarte a menudo y dar más significado aún a que escriba. yo también te deseo unas fiestas bien bonitas. un abrazo grande!