mi cuerpo. nunca me ha gustado. tengo poco pecho pero sí culo y muslos, no está proporcionado, es como si la parte de arriba no encajara con la de abajo. estos, además, siempre están blanditos y tienen tendencia a la celulitis, cosa que no soporto. no me doy cuenta pero, cuando me veo en el espejo, no suelo pensar en nada positivo, al contrario, es como si una mueca, mezcla de disgusto y frustración, se me formara en la cara cada vez que me veo de cuerpo entero.
hace unas semanas vi el documental embrace, en netflix. en él, Taryn Brumfitt, una australiana que había sido fotógrafa pero que desde hace unos años dejó la cámara en un segundo plano para fundar The Body Image Movement cuenta cómo aprendió a querer su cuerpo, desvela algunos datos y prácticas escalofriantes del sector de la moda y hace un recorrido por diferentes países para entrevistarse con personas que difieren mucho de los cánones de belleza actuales y que, aún así, han aprendido a quererse y a gustarse a sí mismas. personas como Harnaam Kaur, una modelo inglesa con barba, o Turia Pitt, una modelo australiana que, con 24 años, logró sobrevivir a un incendio mientras corría una maratón benéfica pero que sufrió tantas quemaduras que tuvo que permanecer más de 2 años ingresada en el hospital y someterse a más de 200 intervenciones quirúrgicas.
después de verlo me quedé dando vueltas a lo que había visto y a mi relación con mi cuerpo durante un buen rato. cuando rícard me hace un cumplido sobre él suelo contestar un no es verdad o un sí, claro, no me dirás que soy horrible y sé que le duele porque lo dice de corazón pero me cuesta evitarlo, me sale sin pensarlo. cuando salgo a correr con él, raras veces es porque me apetece; lo hago porque pienso que, si salgo a correr un rato, a lo mejor algún día mis muslos dejarán de parecer un blandiblú. me gusta el deporte y necesito que forme parte de mi rutina porque me hace sentir bien y me ayuda a despejar la mente pero no lo necesito en el mismo grado que rícard o mi hermano, y me gustan mucho más los deportes «suaves», en los que no acabas sin aliento, como la natación o el yoga y, sin embargo, a veces me fuerzo a apuntarme con ellos para ver si ocurre un milagro y después del ejercicio mi cuerpo se ha vuelto musculoso y tonificado. pero, y si lo que se considerara bonito fueran unos muslos blandiblú? seguiría sintiéndome a disgusto con ellos entonces? lo cierto es que (con un punto de arrogancia por mi parte) me veía lejos de las garras depredadoras de la industria de la belleza y de la moda, pensando que ya no soy una adolescente moldeable y manejable, pero no es así, claro que no es así. incluso cuando ves un anuncio de lejía te están vendiendo a la vez un modelo concreto de belleza, un modelo que suele diferir mucho de la realidad.
después de ver el documental empecé a entender que el cuerpo no es una superficie más o menos bonita de nosotros mismos, un accesorio, si no el vehículo que nos permite mover, respirar, cumplir nuestros sueños… vivir, y es por eso por lo que debería ser valorado y apreciado. al día siguiente de haberlo visto fui a correr con mi hermano por la carretera de les aigües y, por primera vez, no llevé música conectada para que me ayudara a aguantar más tiempo, ni me marqué un objetivo retador; el objetivo era hacer un rato de ejercicio porque me sienta bien moverme, disfrutar de las vistas que ofrece ese lugar privilegiado y disfrutarlas con él. en Menorca seguí en esta dirección: salía a correr por las mañanas día sí y día no; iba a mi aire, sin música y sin cronómetro que midiera el tiempo o la distancia, disfrutando del placer de correr en plena naturaleza en medio del silencio. por primera vez disfruté de salir a correr.
hace casi un mes que lo vi y, a pesar de que me queda mucho camino por recorrer, veo cambios en mí. estoy más en paz con mi cuerpo. como saludable pero me permito caprichos cuando me apetecen (sobre todo en forma de dulces, mi punto débil) y los saboreo sin machacarme tanto, hago el ejercicio que me sienta bien sin intentar superarme cada vez y respetando a mi cuerpo cuando está cansado, duermo las horas que necesito siempre que puedo. intento comer sano y hacer ejercicio porque creo que es bueno para mí, no porque con ello vaya a conseguir un cuerpo más espectacular y ese cambio de intención modifica mucho las cosas.
pienso que quizás deberíamos concentrarnos en de qué manera podemos contribuir en el mundo en lugar de gastar tanta energía en cómo somos físicamente; que quizás deberíamos enfocarnos en cambiar nuestra actitud en lugar de nuestros cuerpos; que quizás deberíamos reescribir los ideales de belleza; que quizás deberíamos reconocer la importancia de la diversidad y valorar justamente la belleza que hay en ello y en la unicidad de cada uno.
Me identifico mucho como otras tantas veces con el post.
Besos
És molt fort que el 91 % de les dones no estiguin satisfetes amb el seu cos. A mi aquí em diuen que tinc el cos perfecte, perquè la seva constitució és una altra; però jo no hi paro de trobar defectes. Hauríem de deixar de comparar-nos...
Per cert, la història de la Turia Pitt és brutal; la segueixo a Instagram de fa temps i és per treure's el barret...