balance. agradecimiento. expansión.

Barcelona, 30 de diciembre. 11.15h

inspirada por una conversación con Carlota hace un par de días mientras tomábamos un café, esta mañana, después de la meditación y del desayuno, cojo mi libreta del 2018 y el portátil y me voy a una cafetería cerca de casa que es agradable y tiene mucha luz. una lista de música navideña indie suena suave de fondo. hay gente pero el ambiente es amable y relajado: algunas personas leen el periódico tranquilamente, otras están con el portátil o con apuntes estudiando, y parejas de diferentes edades desayunan sin prisa.

estos últimos días me he sentido desbordada en muchos momentos. no lo esperaba o, por lo menos, no tanto. quizás porque venía del silencio más absoluto en Estocolmo, quizás porque llevo acumulado un poco de desgaste físico y esto me hace más vulnerable, quizás porque cada vez me conozco mejor y en seguida veo cuando no me siento bien, quizás por un poco de cada, quién sabe… a pesar de venir a Barcelona con muchas ganas de reencontrarme con toda la familia y con los amigos me he sentido muy sobrepasada en cada celebración. grupos grandes de personas hablando todas a la vez y el volumen que va aumentando progresivamente; conversaciones que, a la vez que interesantes, me van restando energía poco a poco; planes que se suceden uno detrás del otro; comidas abundantes; la falta de un espacio propio en el que poder estar en silencio y sola; calles a rebosar de gente; y la culpabilidad cada vez más creciente por sentir que lo hago todo complicado, que no puedo divertirme como los demás y que conmigo siempre hay que tener un cuidado especial. sentirme rara y diferente y a veces poco comprendida y sola. sé que todo esto tiene mucho que ver con la alta sensibilidad: los ruidos, los grupos, la socialización constante, el exceso de estímulos… es de manual pero nunca lo había acusado tanto como este año y me siento mal en muchos momentos.

tomando un café con Carlota, uno de los regalos que me ha dado 2018, me contaba que esa mañana había ido a una cafetería bonita y había dedicado un rato a pensar y a anotar los logros de este año y a dar forma a los propósitos del año nuevo. con este sentimiento que me acompaña de hace días de que todo lo hago más difícil de lo que tiene que ser y que complico la existencia de los que me rodean, pensé que dedicar un rato consciente a ver los avances de este año, los pequeños éxitos, me iría bien. me pido un chai latte en tamaño grande y leo todo lo que he escrito en mi libreta en 2018. y cuando termino de leerla estoy emocionada. veo como muchas luchas se repiten, como «mis temas» en realidad no son más de 3 o 4 que se reproducen en diferentes momentos y de distinta manera. en mis palabras veo mi determinación por afrontarlos, por mirarlos de cara y trabajarlos, por superarlos. veo mi voluntad por profundizar, por seguir avanzando y no conformarme, por seguir aprendiendo y creciendo. y veo también los frutos de este empeño: veo cómo algunas de mis batallas han dejarlo de serlo, cómo algunos nudos que me oprimían y dificultaban mi proceso se han transformado en aprendizajes, en consciencia y en impulsores de crecimiento interno. al final veo que, a pesar de los altibajos, de los altos en el camino, de los rodeos y de los baches que inevitablemente todos encontramos, sigo avanzando y que lo hago con una idea cada vez más nítida de lo que soy y de lo que quiero, y más alineada con mis valores. y esto me hace muy feliz.

al 2019 le (me) pido aprender a vivir desde el amor y la compasión, en lugar de desde el miedo y la culpabilidad. hablar mi propia verdad y vivir desde este lugar, continuando quitando capas de esa cebolla que me acercan cada vez más a mi esencia y me permiten vivir desde mi luz. explorar disciplinas y tener nuevas experiencias que me nutran el alma y que nutran mi trabajo. invertir tiempo y recursos en lo que me hace vibrar. tener nuevas experiencias profesionales que me hagan crecer y que amplíen mis horizontes. cultivar y cuidar relaciones significativas que me nutren y que me hacen trabajar cada día para ser mi mejor versión. seguir escuchando a mi cuerpo, entendiendo que manifiesta lo que no soy capaz de expresar de otro modo y atenderlo como un todo de la mejor manera posible. aprender a confiar en la vida. seguir trabajando por vivir una vida cada vez más consciente y simple.

gracias 2018 por todo lo que me has dado. entro al 2019 con confianza, determinación, ilusión y ganas.

feliz año ***

10 Comments

  • Laura
    gracias Anna... tienes el don de poner palabras a lo que las demás sólo empezamos a intuir que nos pasa... también yo estoy en el camino de conocerme y empezar a desprenderme de las capas de miedo y culpabilidad que no sabía que arrastraba... yo también quiero brillar desde mi luz interior... no estás sola en este viaje... no estamos solas...
    • drimvic
      qué bien que también estés en este proceso Laura, solo la toma de consciencia ya es liberadora de por sí. deseo que 2019 sea un año de profundizar en ti y de soltar todo lo que te sobra. gracias por hacerme saber que somos unas cuantas las que estamos así. un abrazo grande
  • Olatz
    Feliz año Anna . Te deseo que vivas el 2019 con muchísimo amor y compasión.Un abrazo.
    • drimvic
      feliz año para ti también, querida Olatz; que 2019 sea un año de mucho amor y luz. un abrazo afectuoso
  • Débora Pérez
    Querida Anna, sólo puedo darte las gracias por leer de nuevo unas palabras tan sinceras, que desvisten tu alma para mostrarnos tu más profundo ser. Doy gracias a haberte conocido este año, y seguir tus post, muy de tarde en tarde, de forma desorganizada, aleatoria, porque es así como me siento. y hasta que no me organice mentalmente, no sabré hacerlo mejor. Pero quiero acompañarte en este nuevo año que entra, y apoyar tu trabajo como lectora. Un abrazo, espero que el nuevo año se llene de buenos momentos y sabiduría. Un beso, Débora.
    • drimvic
      gracias por estar aquí, Débora, y apoyarme. estoy muy agradecida de que nuestros caminos se hayan cruzado. te deseo un 2019 de mucha paz interior y de construcción serena; lo bonito de cuando todo cae es que puedes volver a construir como más te apetezca. un abrazo enorme, Débora ***
  • Veronique
    Es muy bueno poder hacer balance y tomar distancia. Ves mejor tu progreso y tus éxitos. Me alegro que hayas encontrado un momento de paz y equilibrio en medio de las dudas y que empieces el nuevo año con ánimo. Cuídate. Un fuerte abrazo (P.S. yo sueño con que se valore en nuestra sociedad el silencio y el saber hablar, escuchar respetando el descanso de los demás)
    • drimvic
      no sé si la sociedad llegará a valorarlo (ojalá sí) pero quizás nuestro entorno más cercano sí? cada vez pienso más que debería decir lo que siento porque creo que muchas veces las personas no nos planteamos ciertas cosas hasta que no nos las dicen. la mayoría actuamos de buena fe y queremos lo mejor para todos pero seguramente el primer error es callar. no sé, temas a los que les doy vueltas de vez en cuando :) un abrazo Véronique!
  • Me ha dado un vuelco al corazón leerte. Me siento plenamente identificada, mis escritos plasmados en una libreta, son muy parecidos a los tuyos... Que así sea y que lo celebres cada día, con esa luz preciosa que emanas. Abrazo Feng.
    • drimvic
      qué ilusión me hace leer esto, Yasmina :) gracias por decírmelo. que vivamos ambas desde nuestra luz, pues! un abrazo ***

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