hace un tiempo que la fotografía que hago no me llega. me parece plana, creo que en ocasiones no consigue transmitir cómo me siento y esta sensación se ha acentuado desde que llegué a Estocolmo. en muchos momentos me encuentro transitando emociones difíciles y siento que mis fotografías, en su mayoría claras y limpias, no las (y no me) representan.
es curioso como a veces algo externo a ti, una persona que no te conoce, puede reflejar con más exactitud lo que llevas por dentro. así lo he sentido yo con Cris. la sigo en redes desde hace tiempo y su fotografía siempre me ha parecido bella y profunda, que habla desde un lugar íntimo y conecta conmigo. estando aquí me he sorprendido a menudo entrando en su instagram y en su web, buscando entre sus fotos y palabras una especie de alivio que no encontraba en mí.
y después de pensarlo mucho, de descartarlo más de 10 veces y de darme cuenta de que le seguía dando vueltas, a mediados de enero me decidí a escribirle un correo. no sabía exactamente qué quería: aprender de ella, inspirarme, encontrar esa conexión entre lo que sentía y lo que expresaba…. no lo sé. decidí hacerlo igualmente y ver qué pasaba.
me contestó sorprendida y agradecida, con ganas de que pudiéramos crear algo bonito juntas. hicimos un skype para romper la barrera del online y unos días después empezamos:
durante 6 días me encontré un correo diario en mi bandeja de entrada con una pequeña carta y una invitación. una invitación a mirar, a observar desde otro lugar, a experimentar con cosas nuevas, una invitación a jugar. esos 6 días se llenaron de paseos, fotografías, búsqueda de tesoros, introspección, palabras y pintura. y, entremezclado con esto, palabras de ida y vuelta y mucha inspiración.
la culminación fue encontrarnos en su casa hace unas semanas y compartir el proceso, las luchas, los aprendizajes, las miradas…, compartir mucho.
por mi parte ha sido un proceso precioso y transformador al que me cuesta ponerle palabras. gracias a él he observado resistencias internas, han aflorado creencias limitantes que actuaban sigilosamente, he descubierto lo bonito y poderoso que es en este momento para mí expresarme en otros lenguajes y me he dado cuenta de la importancia de jugar y de la necesidad de dedicarle un tiempo.
la dulzura y la sensibilidad del acompañamiento de Cris han sido un push suave, delicado y muy necesario que me ha permitido conectar conmigo desde otro lugar y sentirme más libre. y, aunque me queda mucho trabajo por hacer, mucho, estoy muy feliz de seguir dando pasos que me llevan a sentirme cada vez más alineada conmigo y a quitarme prejuicios y creencias que pesan y me obstaculizan el seguir avanzando.
de todo el proceso, me quedo con la generosidad infinita de Cris, a la que estoy profundamente agradecida; con la importancia de atrevernos a dar un paso y seguir nuestro impulso, incluso si no estamos muy seguras, porque nunca sabemos dónde nos llevará; con el valor que tiene dedicar un tiempo a jugar y a experimentar, sin más motivo que el de disfrutar mientras lo hacemos; con la certeza, como dice Nina da Lua, de que son nuestras creencias, y no la realidad, la que nos separa de nuestros sueños (Hoy es primavera, Nina de Lua, pág. 45); y con estas conexiones maravillosas con una persona que aparecen cuando menos lo esperas.
hace un par de semanas Cris decidió crear un taller online con una propuesta parecida a la que hicimos nosotras y me hace súper feliz ver que la primera edición se llenó en menos de dos horas. creo que no es consciente de lo especial que es y me alegra muchísimo que haya decidido compartirse con otras personas.
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