un jardín grande, muy grande, con caminito de piedras y césped verde y frondoso. plantas por todas partes, mesillas metálicas de rejilla que invitan a sentarse y disfrutar de este solecito primaveral que acaricia pero no achicharra junto a una taza de té y una buena conversación. siguiendo el caminito llegas a la piscina, estrecha y alargada, elegante. pero lo más bonito, sin duda, queda a la izquierda: un precioso invernadero, delicado, de tonos dorados por los rayos de sol, que hace de comedor a la hora del desayuno y que contiene luz a raudales, plantas, flores y lecturas inspiradoras. en él, una puerta te lleva a una cocina familiar, donde puedes prepararte un café de media tarde o una copa de vino antes de cenar.
Ino y Dominique son amabilidad pura y se esfuerzan por hacerte sentir bien a cada momento. cuidan la apariencia en una conjunción perfecta con calidad y sostenibilidad: colchones fabricados sin metales, con caucho natural, ropa de cama y baño 100% de algodón, jabones elaborados artesanalmente con aceites esenciales y libres de Parabenos, agua cuyo consumo redunda en beneficio de países que no disfrutan de agua potable de la mano de Ingeniería sin Fronteras… todo, absolutamente todo, está pensado y realizado para que sea lo más beneficioso posible para el cuerpo humano y para el entorno.
Estuvimos hace 4 veranos y es todo tal cual lo cuentas! Por aquella época tenían tambien un perro precioso.
Super fotazas!
Un beso desde Deutschland*
Besos y muchos abrazos
Tiene una pinta alucinante, hace tiempo que lo tenemos en seguimiento, una foto de instagram tuvo la culpa (si, instagram lo carga el diablo!)
Gracias por tu crónica! más ganas de visitarlo si cabe!