no tenía ninguna intención de publicar esta semana. estoy en un pueblecito a 10km de Sevilla, en casa de mi tío, hasta el viernes. llegué el domingo por la mañana, gracias al regalazo que me hizo mi hermano estas Navidades, que fue quién compró el billete de avión y quién tomó la decisión por mí.
me apetecía mucho venirme unos días; verlos a todos, que hay veces que pasa más de un año entre encuentro y encuentro; estar con las niñas, que tienen 8 años y no pueden ser más divertidas ni más dulces; dormir en esta casa antigua que tanta paz y sosiego me da; y desconectar, descansar la cabeza de una vez por todas. por eso decidí que esta semana no habría posts ni obligaciones; que lo único que intentaría llevar al día serían las clases de hello!illustrator y que, si no podía, pues tampoco pasaba nada.
hace meses que arrastro mucho cansancio. vengo de una época dura y de desgaste y, mientras parece que el cuerpo poco a poco empieza a recuperar el tono, mi cabeza no me da tregua. siempre me he considerado una persona autoexigente y perfeccionista pero a veces esa autoexigencia se dispara hasta tal punto que me acaba haciendo daño. y en unos meses en los que lo que más me funcionaba era la cabeza porque mi cuerpo iba a su bola, me he ido pidiendo sin darme cuenta de que, en todo el proceso físico, la cabeza también se desgastaba, tanto o más incluso que el propio cuerpo. por eso me parecía una necesidad importante parar y hacer un reposo mental casi absoluto. pero ayer leí este post que me dejó pensando un buen rato: Bekah, la mujer que hay detrás del blog y proyecto A Well Traveled Woman acaba de hacer una desconexión total de internet durante 3 semanas. después de este periodo se plantea si seguir o no alejada de las redes sociales pero el aprendizaje que ella extrae es que su persona no se define por su presencia en las redes y que si decidiera mañana mismo desconectarse para siempre, no pasaría nada.
al poco rato de leer el post, me llegaron al correo las respuestas de una entrevista que había mandado hace unos días y que posiblemente en breve publicaré en el blog. una de las respuestas a mis preguntas decía así: […] queremos dedicarle tiempo a las cosas que publicamos porque, en el fondo, si lo hacemos, es porque nos gusta dedicar el tiempo a ello. Hoy en día parece que todo se hace rápido y que hay muchas páginas web que lo que necesitan es un contenido diario, a veces a costa precisamente de dicho contenido; nosotros queremos intentar hacer las cosas con más calma, ir probando cosas distintas […]
la verdad es que tanto un texto como el otro me dejaron pensando y dándole vueltas al tema todo el día: desconectarse del todo durante 3 semanas, hacer las cosas con más calma, dedicar tiempo a lo que nos importa, la calidad del resultado cuando vamos con la quinta marcha puesta… mi intención con el blog es, en primer lugar, disfrutar: disfrutar escribiendo, disfrutar descubriendo, disfrutar conectando… disfrutar. y cierto que me encantaría que este espacio me llevara a nuevas colaboraciones, nuevos proyectos, nuevos caminos, pero siempre con el disfrutar incorporado y por delante; si este no está, no tiene sentido. y no solamente en el blog, sino en todo lo que hago. y con esto no digo que viva la vida y a tomar viento responsabilidades y demás cosas que no impliquen un gozo pero, en cierto modo, sí; en cierto modo pienso que deberíamos (o debería) llenar nuestras vidas con cosas que nos plazcan, que nos hagan sentir bien y examinar detenidamente lo que nos disgusta o nos angustia para valorar si se puede transformar en algo positivo y para, en caso de que no sea así, prescindir de ello. en mi caso esto pasa por ser capaz de tomarme las cosas de otra manera; de no convertir cada cosa que hago, con la que disfruto y me relajo, en una obligación más, en otra presión, porque entonces pierde toda la gracia y el sentido.
no sé si voy a ser capaz, como Marta o Marina, de publicar sin un calendario establecido; me encantaría hacerlo así, me resulta más natural y espontáneo, pero conozco mi necesidad organizativa y seguramente esté más cómoda con unos días preestablecidos. pero sí voy a intentar relajarme un poco más y no forzarme cuando esté cansada para que, cuando me ponga a ello, a lo que sea, disfrute de verdad, como lo estoy haciendo ahora escribiendo este batiburrillo de pensamientos que tengo en la cabeza y que no sé si tienen algún sentido. y, si algún martes o viernes no tengo post preparado, pues seguramente no se acabe el mundo.
no sé exactamente la finalidad de este post; compartir estos pensamientos probablemente y decírmelos en voz alta para que me retornen con más fuerza y, quizás, me ayuden a ver con mayor claridad.
que acabes de pasar un feliz resto de semana y seguramente nos vemos por aquí de nuevo el martes que viene 😉
pd. un recordatorio a tiempo y cuando no se llega a todo
{imágenes vía 1 – 2 – 3 – 4 – 5}
Yo intento tener un calendario, me programo hacer post y eso...luego el día a día me obliga a cambiar los planes...no me da tiempo, no hay luz para sacar las fotos...pero no importa. No me lo tomo como una obligación, sino no llegaría a disfrutar del todo...puede que no tenga tantos lectores, ni "marque ninguna tendencia" ni sea conocida...pero los contactos que he conseguido siguen fieles...y se pueden considerar casi amigos...y escribir para los amigos, es como tener conversaciones alrededor de un café, se cuenta lo que se siente, lo que ha descubierto, lo que ha visto y le ha hecho sonreir....
Disfruta de la desconexión...y calma, escucha al cuerpo, es un sabio motor...y tiene que durar para siempre.
Un abrazo
Un abrazo
Disfruta de Sevilla, y aplaudo tu reflexión. Me encantan tus batiburrillos de ideas! Un beso.
besotes
Buen finde