un paseo en bici bordeando el mar; un despertar natural, sin alarmas ni despertadores; un rato largo en la cama desperezándonos y decidiendo qué queremos hacer hoy; un paseo relajado, sin dirección, por el casco antiguo y sus callejuelas estrechas y llenas de historia; una comida que sabe a verano frente a la playa; unos nervios y mucha emoción ultimando los detalles del lanzamiento de un nuevo blog; un encuentro de tapeo entre risas e historietas con amigos de hace tiempo y amigos recién conocidos; un pa amb oli para dos en un local con personalidad y raíces isleñas; la ilusión de encontrarse tiendas preciosas y restaurantes que enamoran mientras caminas sin propósito; muchísima alegría y satisfacción personal al ver la recibida que tiene el nuevo blog; disfrutar de su compañía, de estar con él sin prisas ni presiones.
el viernes él había pedido fiesta así que a partir del jueves por la noche el tiempo era nuestro. no teníamos coche ni grandes pretensiones; se trataba de disfrutar de este espacio para los dos, de desconectar del ritmo diario y las presiones y distracciones externas, y conectar con lo que verdaderamente importa.
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