Con el año llegando a su fin y tras una breve pausa de comilonas, encuentros familiares y sobremesas eternas antes de que empecemos con la segunda tanda, me ha apetecido repasar los eventos de este año y valorarlos. Se supone que es el momento para hacerlo, así como para redactar el listado de buenos propósitos para el año que sigue. Yo no lo hago prácticamente nunca, la verdad, pero tengo la sensación que este año ha sido especialmente turbulento y he necesitado parar un momento y hacer una retrospectiva para intentar poner las cosas en orden.
2013 ha sido, sin duda, un año de sacudidas fuertes y cambios significativos, probablemente el más difícil de los últimos 10; de muchos aprendizajes personales y, algunos de ellos, un tanto duros y amargos de digerir; de romper estructuras y viejos patrones; de nuevos despertares y de quitar finalmente el modo piloto automático; de descubrimientos de nuevas aficiones y placeres; y, sobre todo, de autoconocimiento. Tengo la sensación de saber mucho mejor cómo soy, qué quiero y qué no en mi vida, y esto me da seguridad y estabilidad. Cierto que mi futuro actualmente sigue siendo un mar de incertidumbre y, como ya he dicho en alguna otra ocasión, me cuesta manejarme en entornos desconocidos pero, a quién voy a engañar? Hay realmente tan poquita cosa que podemos controlar en nuestras vidas, que moverme en ambientes de duda e inseguridad son un buen aprendizaje para mí y me ayudan a ejercer la confianza.
Así que, en definitiva, 2013 ha sido un buen año. Para el 2014 no tengo listado de propósitos. Conociéndome, casi mejor, yo solita ya tiendo a ponerme demasiada presión como para aumentarla con objetivos que no sé si voy a cumplir. Lo que sí me gustaría, por eso, es ser capaz de estar más presente en lo que hago, más centrada en el aquí y el ahora y no agobiarme por olvidarme de lo que viene detrás. Creo que esto me ayudaría a disfrutar más, a vivir mejor. Por otro lado, tengo ganas que los procesos que he iniciado sigan su camino hasta culminar y que sea un año de nuevos proyectos e ilusiones.
Ahí va un brindis por un año nuevo lleno de avances y crecimiento, de ganas de seguir adelante y de pasión, y de mucha, mucha ilusión. Mis mejores deseos para ti en este 2014, que seamos muy felices!
El principi de l'any sempre és bo per replantejar-se coses, per tornar a començar, per recuperar-ne de perdudes. Sentim la necessitat d'il·lusionar-nos més amb la vida que portem i sembla que tinguem més forces per canviar aquelles costums que no ens agraden. A més, tot allò dolent que ens recorda el 2013 també sembla més fàcil d'oblidar o superar. Però això podríem fer-ho qualsevol dia de l'any, no? Només ne'm (i m'incloc!) d'aprendre.
Segur que aquests processos que dius s'acaben culminant :). I per aquells moments durs que puguin venir et regalo una frase que sempre intento recordar (potser ja la coneixes): "haz que se pregunten por qué sigues sonriendo".
Molta sort!