Después de dos semanas de no parar de leer críticas positivas y de oír recomendaciones sobre el mercat princesa, el sábado por la noche pudimos valorarlo por nosotros mismos.
Con Dani y Sílvia por compañía, que son de buen comer y les gusta probar sitios nuevos, nos adentramos en el Born y en su sinfín de callejuelas, plazas y rincones que tanto me enamoran. Eran las 21.30h y ya había mucha vidilla en el mercado. Cómo me gusta ver y vivir este tipo de bullicio, gente de pie charlando y riendo, con una caña en la mano y una tapa en la otra, desconectando del ritmo frenético de la semana y comentando banalidades que ponen de buen humor.
A mí, que soy indecisa de nacimiento, los sitios de picoteo me van como anillo al dedo porque me dan la opción de probar más cosas que si me limito a un primero, un segundo y un postre (por eso siempre intento liar a Rícard para que compartamos plato, así doblo mis posibilidades! :p).
Aquí la variedad es realmente amplia. Tanto, que al principio abruma un poco porque no sabes por dónde empezar y no quieres perderte nada. Hay 16 puestos diferentes con propuestas tan variadas como embutidos, ahumados, marisco, comida asiática, italiana, pinchitos varios, arroces, huevos, quesos, dulces (!! sí, también hay un tenderete dedicado a los postres, bien!! :)) y otros cuantos más. Y para beber, un nuevo abanico de posibilidades: cervezas, vinos, refrescos, cavas, cócteles y cafés. Además, no es que yo sea una experta en materia culinaria, pero todos los que fuimos coincidimos en que la calidad de la comida era francamente buena.
Nosotros nos decantamos por unos makis, unas bravas, unos sonsos, pinchitos variados (mini hamburguesas, queso roquefort con mermelada de dátiles…), pinchos morunos y mini butifarras de distintos sabores. La verdad es que, aunque disfruté con todo, lo que más me sorprendió fue la mini butifarra de sobrasada con miel. Estaba buenísima!
Intenté hacer el cálculo de lo que nos costó por cabeza pero como cada uno fue por su lado a pedir lo que le apetecía, después no teníamos muy claro cuánto nos habíamos gastado en total. Yo calculo que costó entre 15 y 20€ por cabeza.
El lugar, aparte, es realmente bonito. Muy bonito. Es un edificio del siglo XIV, con paredes de piedra y arcos de punto redondo que, antes del mercat, albergaba el Café de la princesa. En el centro hay mesas largas para compartir y, repartidas por todo el espacio, diferentes barras para comer de pie. Nosotros tuvimos la suerte de podernos sentar en una de las mesas porque, a partir de las 22h, los taburetes estaban muy cotizados!!
A mí me gustó, y mucho. Está claro que si lo que buscas es un lugar tranquilo, con intimidad, donde poder degustar la comida con toda la calma del mundo, el mercat princesa no es el sitio adecuado pero, para picar y probar diferentes comidas, y pasar un rato animado con amigos, la familia o la pareja, entonces sí, es una excelente opción.
Dejo la dirección otros datos de interés, por si te apetece pasarte en algún momento. Nosotros repetiremos seguro!
– dirección (3 entradas diferentes):
. c/ Sabateret, 1-3
. c/ Flassaders, 21
. c/ L’hostal de Sant Antoni, 5
– horario:
. de domingo a miércoles, de 9h a 00h
. de jueves a sábado, de 9h a 01h
– página web: http://www.mercatprincesa.com (en la web hay una leyenda muy curiosa sobre la princesa que da nombre al mercado. A mí me ha hecho gracia leerla)
Feliz lunes y buena semana!! 🙂
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