Lisboa

Lisboa

La primera semana de noviembre hemos estado en Lisboa. Es una ciudad preciosa: antigua y, según como, vieja, lluviosa y gris, pero llena de rinconcitos entrañables que le dan un encanto muy especial.


Aunque se puede visitar en tres días, creo que es preferible alargar un par más para poder pasearla sin prisas y disfrutar de las diferentes posibilidades que ofrece, ¡¡que son muchas!!

La ciudad tiene diferentes barrios o zonas:

El Barrio Alto me ha parecido especialmente encantador. Está lleno de callejitas estrechas, de subidas y bajadas, de edificios viejos… y tiene mucho encanto. Desde la calle puedes ver la ropa tendida en las ventanas de las diferentes casas, personas hablando de una ventana a otra… Por la noche es cuando hay más vidilla y movimiento y es una de las zonas que recomiendan las guías turísticas para salir a tomar unas copas pero yo creo que también merece la pena verlo de día.

Lo que más me ha sorprendido de la ciudad en general, pero de este barrio en particular, es ver cómo conviven en plena harmonía lo antiguo con lo moderno.

Lisboa

  Lisboa

Lisboa


Y callejeando, encontramos una tienda-cafetería absolutamente deliciosa y 100% recomendable, Fabric Infinit: se trata de una tienda que vende libros de arte y algún mueble singular y, en la parte del fondo, tienen una zona de cafetería donde también se puede comer (¡y muy bien!), súper tranquila y muy bonita. Desde la cafetería se pueden ver las vistas al jardín.

Fabrin Infinit, Lisboa
Fabric Infinit, Lisboa

A menos de 10 metros de ésta, encontramos otra, Lost In (tienda de ropa y cafetería), con una terraza encantadora en la parte de atrás, decorada con cojines de colores, sofás y balancines, y con unas vistas de la ciudad realmente bonitas.

Lost In, Lisboa

Lost In, Lisboa
Vistas desde el bar Lost in

Las zonas de Chiado y Baixa también merecen la pena. Son, seguramente, las zonas de más movimiento de la ciudad, siempre llenas de gente (en gran parte, turistas), restaurantes con terracitas, tiendas de ropa… En la Baixa está Rossio, una plaza muy bulliciosa y punto de encuentro de los lisboetas, que vale la pena ver. Justo en el otro extremo de la Baixa, otra plaza importante, la Praça do Comércio.  Es una plaza peatonal, inmensa y majestuosa, con un arco imponente en uno de los extremos, que da la entrada en la ciudad.

Lisboa
Praça do Comercio
Las zonas de Mouraria y Alfama son bonitas de pasear. Hay callejuelas estrechas por todas partes, edificios antiguos, pendientes importantes y vistas de la ciudad que no tienen desperdicio. Aquí se encuentra la catedral de la ciudad, , que recuerda a Nôtre Dame de París. El día que paseamos por ahí encontramos un lugar muy agradable y tranquilo para comer: Portas de Sol. Es un restaurante de diseño, moderno y minimalista, muy bien decorado. No tienen una carta típica de restaurante, la oferta que hay es de ensaladas, bocadillitos y hamburguesas, pero los platos están muy elaborados ¡y deliciosos! El restaurante, que segurísimo que por la noche se llena de gente que quiere tomar unas copas, tiene unos sofás ideales para tomar el café después de haber comido. ¡Muy recomendable!

Lisboa
Catedral:
Lisboa

Lisboa

interior Portas do Sol, Lisboa

La estación de tren Santa Apolonia (en la Alfama) también me pareció muy bonita. Es una estación muy grande, antigua, y uno tiene la sensación de haber retrocedido 50 o 60 años en el tiempo cuando la ve.

Santa Apolonia, Lisboa


De la zona de Belém, además del Mosteiro dos Jerónimos, de la Torre de Belém y del Padrao dos Descobrimentos, los lugares más típicos y must de una visita, a nosotros nos gustó visitar el Centro Cultural de Belém. Es un edificio muy grande, austero, de líneas definidas, muy agradable de pasear. Hay diferentes exposiciones durante el año que se pueden visitar gratuitamente. A mí me gustó especialmente por la sensación de tranquilidad y harmonía que se respiraba.
 
Mosteiro dos Jerónimos, Lisboa
Mosteiro dos Jerónimos
Centro Cultural de Belem, Lisboa
Centro Cultural de Belem

Nosotros también quisimos ver el Parque das Naçoes. Es una zona que contrasta muchísimo con el resto de la ciudad ya que aquí los edificios son de diseño totalmente futurista, hay avenidas muy anchas y el río a tocar. Hay también un centro comercial y de ocio muy grande (el más grande de Lisboa, de hecho), el centro Vasco da Gama, y diferentes hoteles, bares y restaurantes, un casino, el oceanario… es curioso de ver.


Lisboa
Interior del centro comercial Vasco da Gama
Lisboa

Lisboa

A parte de estas zonas, también me gustaría destacar el Parque Eduardo VII (en la zona de Sao Sabastiao). Es un parque inmenso y tiene cafeterías escondidas donde da gusto hacer una parada técnica para descansar.

Seguro que hay muchísimos sitios más en la ciudad por visitar, calles por pasear y rincones por descubrir pero solamente con lo que yo he podido ver puedo asegurar que Lisboa es una ciudad absolutamente encantadora, ideal para ir sin prisas y para dejarse envolver por su magia

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