Como comenté en el post del lunes, el sábado fuimos a comer a un sitio bien original y auténtico. Un sitio que habíamos visto ya hacía un par de meses (en este otro post lo mencioné) y que tenía muchas ganas de probar. Decía que era original y auténtico. Original porque el lugar tiene mucha personalidad: ubicado en una antigua fábrica de caramelos (esto siempre es un buen comienzo), la decoración del espacio es el resultado de una mezcla de piezas rescatadas de épocas anteriores, junto con elementos a los que se les ha dado otra utilidad (porticones de ventana de madera como mesa, por ejemplo), objetos fuera de lugar (sillas colgadas en las paredes, también por ejemplo), corazones de diferentes tamaños colocados por el local, informaciones puestas en post-its… una mezcla curiosa pero muy bien combinada así que, como decía, un lugar con mucha personalidad. Y auténtico porque, tal y como explican en su carta, funcionan dentro de un esquema de cooperativa. Los diferentes cooperativistas provienen de profesiones muy diversas y de este conjunto tan heterogéneo surge este proyecto especial, La Báscula. Se trata de un restaurante vegetariano donde toda la comida que ofrecen es de elaboración propia que preparan en el momento (por eso te piden una pizca de paciencia si se demoran un poco en servir aunque la verdad es que a mí no me pareció que tardaran más de la cuenta), y la gran mayoría de sus productos son de origen vegetal y ecológicos.
La carta ofrece una gran variedad de platos: sopas y cremas, ensaladas, piadinas, bocadillos, crepes dulces y saladas, además de los diferentes platos del día que van variando. Nosotros nos decantamos por uno de los platos del día (cous-cous vegetal al curry con leche de coco) y una piadina que llevaba rúcula, manzana, pasas, nueces, queso de cabra y salsa pesto. No exagero, de verdad, la comida estaba exquisita, buenísimos los dos platos. Y de postre (éste que no falte!), tarta de queso. Riquísima, también.
Además de los platos, tienen un amplísimo surtido de batidos y granizados que puedes montarte a tu gusto. Primero tienes que escoger la base del batido. Qué prefieres, leche biológica de soja, arroz o avena? O mejor una base de zumo natural de naranja, pomelo o limón? Con la base elegida, tú decides qué le añades. Apetecible, no?
Sinceramente, aunque la decoración era original y divertida; la comida, deliciosa; y el concepto, muy saludable y sostenible, creo que lo que me cautivó en realidad era la filosofía con que se había montado el proyecto: gente de diferentes procedencias y con distintas experiencias que se juntan para crear algo único y especial, algo (y disculpad la ñoñería) hecho con mucho amor. Una cosa que nace así sólo puede salir bien.
Dejo a continuación sus datos por si alguien quiere probar y opinar!
– dirección: c/ Flassaders, 30, bis (L4. Jaume I)
– horario: de miércoles a sábado, de 13h a 23h; domingos, de 13h a 18h
– precio orientativo:
. cous-cous, 8.50€
. piadina, 6.70€
. pastel de queso… no me acuerdo 🙁 creo que eran 3.50€
Una última cosa… si vais a comer con la idea de quedaros (también preparan la comida para llevar), puede que cueste un poco conseguir mesa porque no hay demasiadas y sí hay mucha gente, así que lo más probable es que tengáis que esperar un ratito (nosotros esperamos 10 minutos, no es ninguna locura) y compartir con otros. Si eso de esperar no va con alguien, entonces es recomendable ir a comer pronto y no en hora punta (las 14.30h), como hicimos nosotros! 🙂
Buen fin de semana!!
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