lo que empezó como el simple placer de ofrecer una cena en casa para amigos ha acabado convirtiéndose con el paso del tiempo en un proyecto profesional a jornada completa para Ella y Alberto.
Ella es australiana, de Melbourne, y Alberto, de Veneto, Italia. llevan 6 años viviendo en Barcelona y 4 desde que empezaron a ofrecer cenas en su casa de El Born, al principio para amigos y conocidos, y amigos de conocidos, y poco a poco también para turistas y personas que venían a la ciudad y querían vivir una experiencia con gente local. sin planificarlo demasiado el proyecto fue creciendo y llegó un momento en el que vieron claro que tenían que salir de casa, dar un paso más. empezaron a mirar locales, valorando aún si esa era la decisión adecuada para ellos y, cosas de la vida, dieron con el anuncio que acababan de publicar los chicos de Caravan Made diciendo que dejaban su bonito espacio en el Raval para ir a Molins de Rei. hablaron y, antes de poder pensarlo mucho más, el local era suyo. nacía espai egg.
con el nuevo espacio, que abría sus puertas en octubre de 2016, se dieron cuenta de que el proyecto iba más allá de ellos dos. decidieron continuar con sus clases de cocina y cenas para turistas, pero también empezaron a alquilar la cocina a caterings, food trucks y cocineros que no disponen de un espacio propio. Rita y Lucy se unieron con su the deli kitchen al proyecto, ofreciendo su comida ecológica, local, saludable y de temporada (y deliciosa, habla la voz de la experiencia :)) de 8.30h a 18h entre semana y, un poquito más tarde, los fines de semana. y decidieron también ofrecer experiencias entorno a la comida y el arte para todo aquel al que le apeteciera: noches de cine y cena, donde la cena marida con la película; un taller para aprender a hacer kombucha, pasta fresca, repostería o fermentados; un encuentro para hacer sketch o una sesión de yoga… cualquier excusa es buena con tal de elaborar, colaborar, compartir y celebrar.
ambos conciben el proyecto como un reflejo de su forma de entender la vida, su filosofía. una vida slow y sostenible, que va de disfrutar de lo que hacen y tiene mucho que ver con la comida. una comida, eso sí, de temporada, ecológica y sostenible, y esto significa apoyar al productor local, comprar a granel siempre que se pueda, usar el mínimo plástico posible, reutilizar y reciclar… la suma de pequeños gestos que acaban marcando una diferencia.
no es ninguna novedad por mi parte pero disfruto muchísimo conociendo personas que van tras sus pasiones y consiguen convertirlas en su modo de vida. y más aún si lo hacen con unos valores y criterios que los trascienden, que velan por el entorno y por el resto de personas. la mañana que estuve con ellos hablando sobre su proyecto, sobre lo que entienden por ecología y qué gestos podemos hacer por nuestro planeta fue sumamente inspiradora y, una vez más, agradecí profundamente a mi blog las oportunidades que me brinda de conocer a personas como ellos.
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