hace 2 semanas estuvimos en Valencia por primera vez. con la excusa de una triatlón que se celebraba en la que tanto mi hermano como rícard iban a participar, nos reunimos mi hermano, mi madre, rícard y yo allí un par de días. aunque el fin de semana nos quedamos en la zona de la playa para estar más cerca de la competición y aprovechar el mar que tanto se echa de menos en Madrid y en Londres, rícard y yo alargamos un día más nuestra estancia aprovechando que en Madrid eran las fiestas de San Isidro y así poder conocer un poco la ciudad.
y Valencia nos sorprendió mucho. sabía que me gustaría, no sé por qué pero lo sentía así y, pese a saberlo, me sorprendió. me sorprendió su tamaño perfecto, de ciudad cosmopolita y actual pero, a la vez asequible y acogedora; me sorprendió ese alma de pueblo que se descubría en el entramado de sus calles, en la forma en que la gente se reunía y hacía vida alrededor de sus plazoletas, sobre todo en los barrios de Benimaclet y del Carmen; me sorprendió la cantidad de jardines y zonas verdes que tiene, que hace que puedas escabullirte del barullo de la ciudad y sumergirte en un entorno de naturaleza, tranquilidad y paz en un momento; me sorprendieron sus fachadas, coloridas y coquetas, cuidadas; me sorprendió lo amable que se respiraba todo, ese ambiente distendido, relajado; me sorprendió el color de su luz, una luz muy clara y radiante que lo bañaba todo, embelleciendo y haciendo relucir la ciudad todavía más.
paseamos sin más pretensión que conocerla y gozarla, aprovechando también para descansar y disfrutar de esos ratos los dos juntos sin obligaciones ni compromisos que cumplir.
muy consciente de que en un día y medio en la ciudad nos quedó muchísimo por ver, me apetecía compartir los lugares que pudimos visitar y que más nos gustaron (algunos de ellos fueron apuntes de la revista Faim Magazine, que centra su primer número en esta ciudad):
. para pasear sin rumbo y perderse entre sus calles, disfruté especialmente de El Carmen y Benimaclet, aunque la zona de Ciutat Vella y Ruzafa me gustaron mucho también
. simple. una tienda preciosa repleta de productos artesanos y tradicionales españoles. c/ de les danses, 5
. poppyns. una concept store preciosa de estilo industrial/neoyorquino/minimalista, que ofrece un poquito de todo: moda, cosmética, complementos, decoración, tecnología, libros… la selección de marcas que hacen me pareció exquisita, ponen el acento en una imagen y diseño muy cuidados y en que los productos que vendan se hagan de forma respetuosa. tienen también un espacio de cafetería y reuniones, y una terraza interior. c/ isabel la católica, 21.
. chico ostra. una cafetería / librería y tienda de productos vintage. tiene un carácter muy singular, no sigue una tendencia concreta. está en Benimaclet, un barrio tranquilo y con mucha alma de pueblo por el que nos encantó pasear. la misma calle en la que se encuentra es peatonal y sus cuatro mesas al aire libre son una delicia. c/ del músic belando, 15
. copenhagen. un restaurante vegetariano cuidado, agradable y con propuestas en la carta muy, muy ricas. c/ literat azorín, 8
. amaranta bio bar. una cafetería y restaurante vegano, donde todos los productos son ecológicos. fue el lugar que elegimos para desayunar y fue un acierto, tanto sus tostadas como su repostería estaban riquísimas. c/ de l’ambaixador vich, 7
. blackbird café. una cafetería en la que sirven café de especialidad y repostería artesana. el lugar es pequeñito pero acogedor, con mucha luz natural. c/ reina na maria, 7
. librería anticuaria Rafael Solaz. eso mismo, una librería repleta de libros antiguos y piezas de decoración en la que, al entrar, sientes que has cruzado la línea del tiempo. c/ san fernando, 7
yo también tengo debilidad por los balcones destartalados, me transmiten lo mismo que a ti, ese deseo por las plantas, por tenerlas todas… un beso Noelia ***