silencio. quietud. naturaleza abundante, paisajes prácticamente inalterados por la mano del hombre. aire limpio. ir hacia dentro, estar conmigo misma. leer, escribir, cocinar, descansar, recuperar. cuidarme.
necesito esto, me encantaría disponer de ello ahora. me siento removida y no sé por qué. diciembre fue demasiado estimulante, demasiado exigente. será que el cuerpo me pide equilibrarlo con lo opuesto o es que esta es en realidad mi «esencia», hacia lo que gravito de forma natural? cada vez soy más buena en escucharme, en identificar lo que necesito a cada momento y en procurármelo; esta sintonía conmigo hace que cada vez me cueste más navegar en aguas que no son las mías, en sentirme incómoda fuera de mi hábitat? es como mi incapacidad para disimular cuando algo o alguien no me gusta, ya no sé hacerlo, se me nota mucho. es esto bueno o malo? supongo que simplemente «es». es como es; me permite ser más honesta y transparente, y me dificulta en algunas situaciones sociales.
me siento rara, en un impás. no entiendo muchas reacciones de mi cuerpo y esto me frustra y me enfada. no sé cuál es el siguiente paso en muchos ámbitos y me desespero, la incertidumbre y yo nunca nos hemos llevado bien.
Galicia ha sido un regalo. paisajes de viñedos que se pierden en el horizonte, lugares poco poblados, personas cálidas, sonrientes y acogedoras, comida sencilla y llena de sabor, tardes de lectura y escritura en el recogimiento de la habitación, menos estímulos… y la lluvia fina e incesante y la niebla sigilosa, siempre presente… Galicia ha sido como un suave mecer de cuna, algo que te arropa y te acaricia, algo que te serena.
la vuelta a Madrid ha sido… brusca? en realidad, no, ha sido una entrada suave, pero vuelvo aquí y siento que ya debería haber llegado a alguna parte, que ya se ha acabado este tiempo de impás; toca definirse, tomar decisiones y actuar. y yo quiero seguir el ritmo de la gente, no quiero quedarme atrás, pero no sé qué decisiones tomar y me bloqueo y me siento estúpida y diferente por no ser capaz de mantener la misma velocidad que el resto.
aceptación y fluir, no poner resistencias, estas son las claves. y, en medio de este batiburrillo mental, mis cosas del 2017, lo que quiero recordar. en 2017…
- nos dimos cuenta de que tenemos que continuar buscando nuestro lugar en el mundo
- nos enamoramos perdidamente de Menorca
- … y de Amsterdam y Estocolmo
- fui capaz de juntar muchas de mis pasiones y darles forma a través de un libro
- me sentí activa profesionalmente de nuevo y me hice autónoma
- celebramos 2 grandes fiestas, una en Madrid y otra en Barcelona, que me emocionaron mucho
- mi hermano volvió a Europa y ahora lo tengo más cerquita que antes
- tuve la gran suerte de ganar algunas amigas muy especiales
- participé en 2 reportajes que contribuyen a difundir un estilo de vida en el que me veo 100% reflejada, más beneficioso para nosotros y para el planeta
- afiancé varios pasos y gestos en este estilo de vida más sostenible
- me di cuenta de hasta qué punto mi cuerpo es sensible y lo importante que es que respete su ritmo y necesidades; si lo fuerzo, me pasa factura
- gané mucha rapidez a la hora de identificar qué va conmigo y qué no y, aunque me sigue costando, voy aprendiendo a quedarme solo con lo que sí
- tuve una celebración de cumpleaños preciosa pasando un fin de semana los 4 en Capbreton
- probé por primera vez el surf y decidí que quería aprenderlo de verdad
- celebramos los 80 años de mi abuela en una fiesta íntima que no se esperaba para nada
- me afronté a heridas antiguas que sabía que seguían abiertas y las trabajé. me quedé con la sensación de estar curada internamente
- cambié la mirada en muchas de las cosas que me ocurren, dejando una postura más victimista por otra que acepta la realidad como es (la mayoría de las veces)
- dejé de pelearme constantemente conmigo y de despreciarme por cómo soy. me querí mucho más y cada día estoy más a gusto en mi piel, siendo como soy
- gracias al punto anterior, gané mucha paz interna
- aprendí a escucharme mucho más y a respetar mis necesidades
- aprendí lo importante que era para mí poner límites y empecé a ponerlos (con dificultad y torpeza)
- retomé la natación y la disfruté (y sigo disfrutando) muchísimo. fui capaz de ser constante con un deporte
- la imagen de cómo quiero que sea mi vida se volvió más y más nítida
- fui capaz de redactar una nota de prensa, hacer un catálogo de producto, dirigirme a medios… hacer la difusión del libro aunque, a día de hoy, me sigue costando horrores
- hubo un «click» en mi relación con la alimentación: entendí y acepté que mis intolerancias no eran pasajeras y que lo que necesitaba, en realidad, era cambiar el planteamiento. aprendí algunas recetas sencillas y empecé a disfrutar mucho más en la cocina
- viajamos bastante por España y quedamos prendidos de Cantabria
- pude conocer a muchas personas que seguía online y a las que admiraba profesionalmente
- me frustré nuevamente con una enfermedad que no logro comprender y que se resiste a desaparecer
- lo vi varias veces trabajar en directo y me emocioné cada vez que escuchaba a compañeros suyos, jefes o personas a su cargo hablarme de él
- gracias al libro conocí a muchos emprendedores que son auténticos ejemplos de valentía y constancia y que ponen todo su cariño en su trabajo, y eso fue la mejor motivación para continuar con la realización del libro
- me sentí profundamente triste y consternada por la situación que se vivió (y se vive) en Catalunya, y me desconcertaron y dolieron varias reacciones que hubieron en el resto de España
- decidí poner atención durante un mes a las pequeñas cosas del día a día por las que sentirme agradecida y me emocioné al ver que tanta gente se sumaba a la iniciativa conmigo (más de 60 personas!)
- me sentí muy acompañada, querida y arropada por personas que leen el blog o que me siguen en redes sociales
- me emocioné y vibré de felicidad con cada comentario recibido de personas que habían comprado y leído el libro Historias de Madrid
pd. «mis cosas del 2017» es una idea que vi en la newsletter de Andrea. no me apetecía marcarme propósitos para el 2018 pero sí me parecía importante, antes de cerrar el año, echar la vista atrás para ser consciente de todo lo que había ocurrido y quedarme con lo que me gustaría recordar
es hermoso lo que dices, y que sea lo que tenga que ser...es asi, a no desesperar, creo que uno llega a un punto en la vida en que lo importante es escucharse, saber que es lo que queremos y tratar de alinear lo que hacemos y cómo lo hacemos para lograrlo. Fuiste uno de los lindos regalos del 2017, te seguía hace años pero este año hemos estado mas cerca y puedo decirte que sos puro corazon, gracias por estar y que el 2018 nos permita alinearnos a lo que realmente queremos. Abrazo enorme!!!
un abrazo muy grande, a ver si podemos volver a coincidir prontito ***