un nuevo hogar en Estocolmo


otoño_estocolmo
sentada frente a una mesa diminuta de trabajo, mi mesa diminuta de trabajo durante los próximos meses, ahora mismo suena esta canción. me he preparado una infusión de anís que humea a mi lado en la tacita de laon pottery y un incienso quema lentamente a escasos centímetros de mí. 

qué sensación tan extraña, todo es nuevo y diferente. el último mes ha pasado como un huracán: imprevisto, arrollador y dejando a su paso un gran desgaste físico y emocional. aunque, en el buen sentido, si es que tiene algún sentido decirlo así porque, a pesar de haber sido muy intenso y agotador, lo hemos elegido nosotros y creemos que es para bien.

al abrir el blog me he dado cuenta de que el último post fue hace más de 2meses y de que no abría esta página desde hace exactamente el mismo tiempo. en las últimas semanas he pensado en escribir infinitas veces, quería hacerlo y, en cierto modo, lo necesitaba, escribir me ayuda siempre tanto a ordenarme y a procesar, pero, a la vez, mi cabeza era una madeja de pensamientos y emociones enredadas y no sabía ni por dónde empezar así que lo he dejado hasta que todo se colocara más en su lugar. hoy, mientras paseaba otra vez por el bosque maravilloso que tenemos a escasos minutos de nuestro nuevo hogar, solo pensaba en volver al apartamento y sentarme a escribir.

hace unos meses en el trabajo de rícard surgió una vacante en Estocolmo. con rícard habíamos fantaseado millones de veces en vivir un tiempo en el extranjero, era algo que ambos queríamos hacer en un momento u otro. yo había apartado temporalmente la idea de mi cabeza debido a que cada 6 semanas voy a Barcelona a hacerme un tratamiento. no es que no fuera compatible irse fuera, simplemente, un poco más complicado y, teniendo en cuenta que ya vivíamos en Madrid, que habíamos salido de nuestra zona de confort, me conformaba con eso. cuando apareció esa oportunidad y rícard la planteó en casa, le dije que se presentara, que no perdíamos nada, siempre estábamos a tiempo de decir que no si la cosa salía adelante y no lo veíamos claro. durante 3 o 4 semanas todo avanzó muy rápido: él iba pasando fases del proceso de selección a la vez que mi angustia iba en aumento cuando veía que quizás nos íbamos de Madrid mucho antes de lo previsto. ese trabajo no salió, rícard se quedó a las puertas, pero pasar por él nos dio el tiempo y el espacio para valorar que a lo mejor sí que era el momento de dejar Madrid, que estábamos preparados. ahora veo claramente que sin ese primer proceso que no salió a mí me hubiera costado mucho más aceptar la idea de irnos. el caso es que, a poco de empezar las vacaciones de verano, le comentaron que había otra oportunidad en Estocolmo, más corta en el tiempo (5meses) y sin tener la certeza de que, una vez acabara, si habría posibilidad de alargar pero decidimos que se presentara igual, no había nada que perder.

a la vuelta de Açores le confirmaron que el puesto era para él. pasaron unos cuantos días, bastantes, sin que supiéramos la fecha de incorporación con lo que pensamos que había tiempo, hasta que hace 3 semanas lo llamaron para decirle que lo esperaban en Estocolmo el lunes 22 de octubre. ahí empezó una carrera a contrarreloj para cerrar la casa de Madrid, empaquetar nuestras cosas y ponerlas en un guardamuebles provisionalmente, hablar yo con los diferentes trabajos para explicarles la situación y ver con cuáles podía continuar y con cuáles no, comunicarlo a amigos y familia, despedirnos de los amigos de Madrid… la verdad es que estas 3últimas semanas han sido duras. hacer una mudanza no es fácil, no solo por la logística y la cantidad de gestiones que hay que hacer (que se multiplican si te vas al extranjero) si no porque implica mucho más, sobre todo emocionalmente, que un simple cambio de casa. en los últimos 15 días me he despedido más veces de las que puedo contar y, con cada despedida, sentía un pinchazo en el pecho que, a ratos, era muy difícil de soportar. 

en estos días me he dado cuenta de cuán importante es para mí crear «casa» allá donde estoy, lo que me gusta conocer a la gente de los comercios, poder entablar relación con ellos, y decir adiós con tanta precipitación, sin acabarlo de creer aún, ha sido doloroso. lo decía en una foto que compartí en instagram: cuando me fui de Barcelona este proceso de despedirme de personas queridas y conocidos fue duro también pero ahí había la certeza de que los volvería a ver porque Barcelona es «casa», ahí siempre vuelvo. en cambio, esta certeza no la tengo con Madrid y despedirme de las rutinas que había creado en los 2 últimos años y medio, de los espacios a los que iba, de la gente que he conocido… me ha resultado muy difícil. han habido muchas personas de las que no me he podido despedir siquiera, o a las que he tenido que avisar con una llamada o un mensaje porque el tiempo no daba para más.

el martes de la semana pasada se llevaron nuestras pertenencias a un guardamuebles y el miércoles fuimos en furgoneta de Madrid a Barcelona con lo que nos llevábamos a Estocolmo y con aquellas cosas que provisionalmente se quedarán en casa de mi madre, de mi santa madre, que ha sido un apoyo incondicional y una ayuda inestimable para rícard y para mí todos estos días para gestionarlo todo a tiempo. el jueves volamos a Estocolmo, donde llegamos por la noche y, desde entonces, aquí estamos. vivimos en un estudio pequeñito pero muy bien aprovechado dentro de un hotel, lo cual me hace sonreír cada vez que lo pienso pues uno de mis mayores sueños de pequeña era justamente vivir en un hotel. con mi padre decíamos que él tendría un hotel y que yo lo dirigiría y que, para hacerlo, lógicamente tendría que vivir en él. no es exactamente lo que había imaginado pero supongo que vale igualmente 🙂

el estudio dista mucho de nuestro estilo, lo que supongo que era de esperar. no sé si conseguiremos sentirlo «casa», tengo muchas dudas, pero hemos colgado algunas fotos en los armarios y yo traje cositas pequeñas que son importantes para mí y que me hacen sentir justamente en casa: los platitos que me regaló Martina antes de irme, la taza que me regaló Candela, la taza de laon pottery, la cucharita de mi padre…

no sé cómo irá por aquí, por lo menos, no en el día a día. hay momentos altos y momentos bajos, todo el cansancio y estrés acumulados de las últimas semanas están saliendo con fuerza y queda muuuucho por hacer y por aprender, pero nos lo tomaremos con calma. por ahora me quedo con la oportunidad de vivir esta experiencia tan bonita y con esta certeza interna tan fuerte que tengo que me dice que aquí estaremos bien.



13 Comments

  • Me gustan tus planteamientos, realistas, vitalistas,sensatos,llenos de afectos y aceptación.sin duda has aprendido a vivir de manera consciente y sentida, las claves para una vida plena. Todo lo mejor para los dos.abrazo inmenso
  • Bravo!! Que bé que reprenguis el blog. Crec que és una bona senyal :). Segur que allà on sigueu aconseguiu crear "casa" tot i que facin falta unes setmanes per sentir-ho, els canvis necessiten temps. Paciència i a gaudir d'aquests grans paissatges.
  • gracias tita, sabes que valoro mucho tus palabras y tu opinión. gracias. un abrazo inmenso ***
  • gràcies Àlex, tenia moltes ganes de reprendre'l :) ara toca fer el que tu dius, tenir paciència i, mentrestant, gaudir dels paisatges :) una abraçada ben forta ***
  • Anna,

    Estos 5 meses seran intensos, especiales y aprenderas mucho. Estoy segura de ello. Disfrutalo, y acuerdate en los momentos mas bajos, mas melancolicos mira a tu alrededor y sino a tu corazon, y seguro que algo te hara sonreir.
    Un abrazo.

    Olatz
  • qué bonitas palabras, Olatz, muchas gracias por tomarte el tiempo de escribirlas. gracias <3
  • No hay coincidencias pues todo pasa por algo. Seguro que estos 5 meses serán inolvidables en vuestra vida y llenos de cosas positivas. A disfrutar cada momento y a ser feliz.
    Es un placer leerte. :)
  • yo también lo creo Nasia, todo lo que ocurre está bien y estoy convencida de que estos 5 meses serán de mucho aprendizaje y crecimiento. un abrazo muy grande, gracias por leerme
  • […] que llegué a Estocolmo, y sobre todo en las últimas semanas, lo tengo muy presente. algo del ritmo más pausado de aquí, […]
  • […] 3 ya los meses que llevamos aquí. atrás han quedado los momentos en que tanta novedad me desbordaba y era incapaz de coger un bus […]
  • […] di cuenta de que no me quería ir del hotel. sí quiero dejar la inseguridad de la temporalidad, tener la tranquilidad de un espacio propio y […]
  • […] casi 6 meses aquí y me doy cuenta de que voy encontrando mis lugares, aquellos espacios que me transmiten más que el […]
  • […] entonces apareció Estocolmo. y, en un momento en el que todo era nuevo, no quise cambiar más que lo inevitable. me sentía […]

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